Núcleo de Trabajadores Sociales Críticos

viernes, 20 de mayo de 2011

¿Llegó la primavera del movimiento social en Chile?




En poco más de dos semanas unas 200 mil personas han salido a las calles en distintas ciudades del país en protesta contra medidas del gobierno neoliberal de Sebastián Piñera. Si bien la movilización social dejó atónito al gobierno y rebalsó a la oposición, recién se están armando confluencias entre ecologistas y estudiantes para ser capaces de generar un nuevo modelo de país y desarrollo. ¿Estamos ante la primavera chilena?

El año de gracia que la ciudadanía otorgó al gobierno de Sebastián Piñera y su promesa se cambio ya pasó. Hoy en las reuniones sociales la acostumbrada respuesta de que ‘el sistema es así’ y ‘qué le vamos a hacer’ pasó a la vieja y se escuchan más llamados a organizarse, difundir convocatorias a través de redes sociales y protestar por el abusivo cobro de las tarjetas de crédito, la mala atención en el consultorio o el maltrato animal.

Si en las protestas de hace poco el perfil de los asistentes eran de sensibilidad de izquierda, hoy la masividad aglutina a personas del más variados espectro político e ideológico. Y es que, al igual como ocurre por estos días en España o ya constató la población de Islandia, tras las penurias de muchos y la impotencia de otros está el modelo neoliberal que en las últimas décadas asaltó a mano armada a la sociedad civil.
Incluso las manipuladas encuestas dan cuenta de que el gobierno de Piñera, a sólo un año de estar en La Moneda, tiene un nivel de aceptación que apenas supera un 40 por ciento y un nivel de rechazo que se empina sobre más de la mitad de los sondeados.

El movimiento social chileno ya tiene experiencia ganada en años de una transición inconclusa. Pese a las derrotas medioambientales propinadas por todas la termoeléctricas aprobadas durante los gobiernos de la Concertación, la central Ralco, la criminalización de mapuches o las mesas de diálogo que diluyeron las demandas estudiantiles, la estrategia de dar la pelea en los espacios públicos goza de muy buena salud.

EL SORPRESIVO RECHAZO A HIDROAYSÉN

Contra todos los cálculos del oficialismo, cegado por su pirotecnia comunicacional y confiado en la mala memoria de las personas, la decisión de aprobar el proyecto Hidroaysén en la Patagonia le estalló en la cara.

Desde hace décadas que no surgía un movimiento espontáneo de rechazo a una medida gubernamental, el que generó movilizaciones en más de veinte ciudades del país. La marcha del pasado viernes 13 de mayo se cuenta entre las más concurridas de la historia reciente. Las acotadas cifras de carabineros reconocen que hubo más de 30 mil personas en las calles.

A juicio de Figueroa “convergemos hoy en que un puñado de chilenos, que son empresarios, están decidiendo el desarrollo de este país. El ejemplo más claro es el de la matriz energética, donde estos grupos económicos han sentado su riqueza sobre la ausencia de una política energética. Las decisiones fundamentales están secuestradas por un puñado de empresarios”.

Diversos sondeos indican que más del 70% de los chilenos se oponen al plan que aumenta el monopolio de los grupos eléctricos y no se compran en cuento del apagón al final de la década. El rechazo es transversal en edades, clases sociales, posiciones políticas y nivel educacional.

Para las personas hoy es más importante el medio ambiente y el cuidado de recursos naturales (que muchos ni conocen) a guarismos macroeconómicos y la eterna promesa de que vamos a ser ‘un país desarrollado’.

Figueroa advierte que lo que está en juego es un modelo de país que en que “todo esta dejado a la iniciativa de los privados, que quieren lucrar con eso”.

EL HORIZONTE DEL MOVIMIENTO SOCIAL

El movimiento social hoy enfrenta que la mayoría de la clase política instalada en el Parlamento coincide en que el modelo neoliberal aplicado en Chile es el adecuado y que requiere sólo cosméticas correcciones.

Además en las últimas semanas se ha visto a parlamentarios del PPD y de la DC apoyando movilizaciones ciudadanas contra proyectos o políticas que son calcadas a las gestionadas cuando ellos mismos gobernaron.

A juicio del presidente de la FEUC, “la oposición esta desarticulada y no hay quien capitalice las demandas sociales porque simplemente no les creemos a la oposición. Necesitamos que hagan una autocrítica grande de lo que hicieron cuando estaban en el poder porque hoy aparecen intentando dirigir el movimiento social. Nosotros les decimos simplemente: ‘oye, no sean barsas’”.

Hirsch comenta que “no creo que la clase política tenga que dirigir ni direccionar esta fuerza social. Me hago eco del llamado de los jóvenes, creo que ellos tienen que dirigir los cambios que se necesitan y nosotros debemos sumarnos a sus propuestas”

El dirigente de la FEUC agrega que “los partidos políticos están muy desconectados de los intereses sociales, la ciudadanía no se ve reflejada en ellos. Hoy los jóvenes estamos cuestionando la democracia, los mecanismos que han hecho que quien esté al mando del país no representa el interés de la ciudadanía”.

Larraín destaca que “hoy el nivel de conciencia de la ciudadanía y la desilusión respecto de la clase política binominal es evidente”.

Por ello es que para muchos dirigentes sociales sus demandas rebalsan la institucionalidad. Jackson cree que “la institucionalidad no está preparada. Los movimientos estudiantiles y ambientales tenemos que educar a los políticos para que se pongan las pilas y nos representen en vez de ser marionetas de los intereses de unos pocos”.

Por su parte, Rodrigo se muestra optimista en que “vamos a tener un amplio apoyo ciudadano para cambiar el modelo que ha seguido Chile en las últimas décadas por uno mas participativo, que respeto nuestro medio ambiente y responda a la ciudadanía”.

“La respuesta al modelo se va construyendo en la acción, en la calle. Estoy muy optimista porque vamos a seguir marchando y encontrando puntos de encuentro quienes deseamos un país mejor”- agrega Hirsch.

Rodrigo cuenta que en diciembre del 2010 convocaron a un encuentro al que llegaron 80 organizaciones. “Ahora estructuramos un consejo ciudadano que está preparando para el 2013 una agenda ciudadana que recoja temas como el acceso y la propiedad del agua, las tierras mapuches, al estabilidad de la agricultura y muchos otros. Tenemos una agenda ciudadana potente”.

El asunto plantea para Jackson la necesidad de “encontrar el modo de poder actuar como una fuerza, sin que se diluyan las demandas que cada grupo plantea. Es un desafío, pero confío en que estas crisis son oportunidades para generar una democracia más profunda”.

Mauricio Becerra R.
El Ciudadano

OJO CON LA MARCHA EN VALPARAÍSO:
La marcha comienza a las 9 de la mañana. Recorrerá desde Plaza Victoria por Pedro Montt hasta el Parque Italia.

1 comentario:

  1. Los movimientos han solidarizado en su mal estar y han ampliado los puntos de encuentros y de reflexión desde la propia autonomía e identidad, por ello no resulta sorprendente que en un movimiento estudiantil, no solo hagan referencias a sus legítimas reivindicaciones, como lo es un sistema altamente inequitativo, con alto predominio del lucro y un menoscabo permanente a la educación pública, sino que además se escuchen por ejemplo consignas sobre la causa Mapuche, en contra de las represas, exijan más igualdad, más oportunidades, mejores condiciones laborales, más protección al medio ambiente, rechazo a las semillas transgénicas.

    Son estos los agentes colectivos que están interviniendo en el proceso de transformación social, que es un producto y consecuencia de las enormes desigualdades sociales y la no representación del poder político a las demandas existentes, postergadas desde hace mucho tiempo y por tanto ya no tranquilizan las palabras, que le vamos hacer, las cosas son así, cada uno vea como se las arregla y existe baja tolerancia por parte del poder político para aceptar que existe un conflicto social.
    Pues bien, el individualismo nos tiene postergados por tanto salir a la calle parece una acción espontánea que esta ocurriendo en todo nuestro territorio.Los movimientos sociales tienen un componente cultural, el hecho de usar las redes de Internet, tal como lo expresa el cartel anterior, juventudes sin futuro, representa en sí mismo un cambio social, toda vez que confiere un carácter de independencia, basta estar de acuerdo en lo que se esta en desacuerdo para concurrir a la protestar y a luchar en contra de las causas que generan la injusticia social, eso es lo que importa, no si somos del mismo barrio, si nos gusta el mismo equipo de fútbol, si pertenecimos al mismo partido político.

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