Núcleo de Trabajadores Sociales Críticos

martes, 7 de septiembre de 2010

Carabineros infiltrados en marchas y violencia policial

La infiltración de un agente encubierto en la marcha de la ANEF se da en un momento en aumentan las críticas por el exceso de violencia en el accionar de carabineros. Según FLACSO, entre 1990 y 2004 se ingresaron en la Justicia Militar 6.083 casos por violencia policial imputable a Carabineros, solo en las Regiones IV, V, VI y Metropolitana.


El informe anual sobre Derechos Humanos en Chile 2008 de la Universidad Diego Portales da cuenta, con preocupación, del recrudecimiento de situaciones de uso abusivo de la fuerza pública. Sostiene que “en Chile, la regla general parece ser el que las manifestaciones terminen con serios incidentes y con abusos de parte de los agentes estatales, abusos que no encuentran sanción ni reparación de parte de las instancias establecidas.”


La semana pasada el Rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, suspendió una reunión programada con el General Director de Carabineros como un repudio al actuar de los efectivos policiales durante una manifestación en la Facultad de Arquitectura. Estudiantes y académicos fueron atacados violentamente mientras se manifestaban al interior de ese campus universitario.


El uso de tecnologías represivas, gases lacrimógenos, sustancias químicas diversas, balines antimotines, cuyo efecto sobre la salud de los ciudadanos no está transparentada, es un hecho habitual en nuestro medio. Si a ello se agrega un talante brutal o el uso de procedimientos intrusivos que no garantizan objetividad ni dan confianza –como los agentes infiltrados en manifestaciones- se puede rápidamente arribar a un punto crítico.


Es conocida la eficiencia de Carabineros como cuerpo de choque antimotines, pero no como policía moderna. En particular por el uso poco controlado de la fuerza, y su tendencia a identificar a los ciudadanos manifestándose como enemigos.


La mayor parte de los hechos citados son constitutivos del delito de violencia innecesaria contemplado en el Código de Justicia Militar y resultan violatorios de los Principios Básicos establecidos por Naciones Unidas sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley.


Las deficiencias no son de ahora. Muchas de ellas son de largo arrastre y permanecen por la tendencia de las autoridades civiles a brindar autonomía formativa y profesional a las policías, las que prácticamente parecen cuerpos autogenerados.


En el momento actual, y por la preeminencia de un discurso duro en materia de orden público por parte del Ministerio del Interior, sería conveniente saber si Carabineros ha afinado sus sistemas de inspección interna y si los controles del mando civil efectivamente se ejercen.


De ello depende que la violencia y el trato degradante pueda ser punido y exista, efectivamente, tanto responsabilidad del mando como responsabilidad política cuando los excesos caen en la ilegalidad De lo contrario, estarían fuera de control.


Fuente: trincheradelaimagen.blogspot.com

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